jueves, 17 de julio de 2014

Merecer


Siempre, siempre digo que cada uno tiene lo que cree merecer. Y lo digo en todos los sentidos. 
Cuando veo a alguien sufrir por no tener el suficiente dinero para comprar todo lo que desea, sè que íntimamente esa persona cree que no merece tenerlo todo. Quizás sea porque de pequeño le dijeron que no se merecía èsto o aquello, o porque sus padres le dijeron que todo se consigue con mucho esfuerzo y que la vida es una lucha contìnua, entonces esta persona quizàs cree que no ha luchado lo suficiente.
Cuando veo conflictos en las parejas, conflictos que no se resuelven y que aùn asì siguen adelante, sabiendo que nunca van a arreglarse las cosas, sintiendo una profunda infelicidad, sè que esas personas creen merecerse eso. Quizás de pequeños les hayan dicho cosas terribles sobre su aspecto fìsico, o sobre su manera de ser, maldiciéndoles una y otra vez, lo que provocò en ellas ese sentimiento de "No me merezco ser feliz".
Una vez mas los invito a reflexionar sobre las frases que emiten a sus hijos, sobrinos, nietos y a todo aquel que se cruza en sus vidas. Una palabra amable, una palabra de aliento, un pensamiento optimista puede ayudar a crecer emocionalmente a otros. Ver el lado positivo de una situación negativa, puede ayudar a enfocar a la otra persona en lo positivo de la vida para siempre.
Recuerdo que cuando uno de mis hijos tenìa unos 15 años, se habia puesto de novio (bueno, usted me entiende, no era un noviazgo formal) con una chica de su misma edad. Èl estaba entusiasmado, era lògico, era un adolescente. Pero pasado unos meses, la chica lo dejò como quien dice: "de la noche a la mañana", sin darle razones. Mi hijo, que me contaba todo, estaba angustiado por no saber el motivo, por el que su amiga lo habìa dejado, entonces, no podìa dar soluciòn a eso. Recuerdo que lo mirè a los ojos y le dije: "¡Bueno! Ella se lo pierde. Porque tener un novio adolescente ordenado, honesto, que estudia pensando en el futuro, que es bien educado y respetuoso, y que encima ¡es limpio! (risitas), no creo que lo encuentre asì nomàs, a la vuelta de la esquina. Seguramente vas a encontrar alguien que te valore de verdad". Me abrazò emocionado y me diò las gracias. En ese momento no creì o me tomè dimensión del valor de mis palabras. Esa frase de aliento es la que acompaña hasta hoy a mi hijo. A partir allì, en su vida cotidiana nunca se dejò desvalorizar por nadie, ni faltar el respeto, ni agredir gratuitamente. 
Espero que esta sencilla, pero valiosa anécdota le sirva para reflexionar sobre lo que dice en momentos difìciles de las personas a las que ama y que lo aman. Personas que esperan de usted un acompañamiento desde lo afectivo. Personas que, como usted o yo, sufren por sentirse angustiadas por distintas razones.
Sea amable y positivo. La recompensa, muchas veces, es un hermoso y caluroso abrazo.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario para que yo sepa si te ha gustado. Recuerda que los comentarios son energìa y esa energìa te està mostrando al mundo.