Soy
instructora de Chi Kung (Qi Gong) en un centro de jubilados en Tucumàn, mi
provincia adoptiva, en un pueblo del interior.
Mis
chicas, como las llamo yo, son señoras jubiladas, con más de 60 años de vida, y
llenas de ganas de sentirse bien. Si bien yo ya cumplì los 53, me siento joven
y aùn estoy muy activa.
En
las clases que imparto, les enseño, no solo la pràctica del Chi Kung, sino a
darse Reiki a ellas mismas, a masajear
su cuerpo y a meditar.
Cada
una de las pràcticas tiene su beneficio. Con el Chi Kung el cuerpo se alimenta
de energía, se des estresa y las articulaciones se van sanando. Con el Reiki,
aprenden a sanarse a sì mismas, a armonizarse.
El auto masaje corporal es buenísimo para relajarse. Con la meditación aprenden
a centrarse, acallar los pensamientos y
es, para mì, milagrosa ¿Por què digo que es milagrosa? Porque no solo se han
producido milagros en mi vida, sino en la vida de mis chicas.
Lo
que hacemos es terminar cada clase con una meditación guiada. Acallamos la mente
concentrándonos en la respiración, con una suave música de fondo. Relajamos el
cuerpo y utilizamos un mudra que elijo para la ocasión. Como mis chicas son
adultas mayores, muchas veces hago incapiè en el perdón, en la autovaloración,
en la comprensión y la compasión. Tambièn lo hemos hecho con la demostración de
afecto, ya que por una cuestiòn cultural no son demostrativas con las personas a las que aman, y creo que
uno debe decir “te quiero”, abrazar amorosamente y decir palabras cariñosas a
quienes comparten nuestra vida afectiva. Si usted leyò el artículo “La Familia”,
sabrà como hacerlo.
Mi
gran satisfacción y felicidad es cuando ellas me cuentan que sus nietos, hijos
o hermanos, volvieron a hablarles después de algún tiempo, o a veces años, por
haber realizado estas meditaciones varias veces. A veces sin mediar palabra,
solo llegan a su casa y la abrazan, o les piden perdón por algo que pasò ¡vaya
a saber cuánto tiempo atràs! Problemas por causa de terceros, o malos entendidos,
situaciones que nunca se aclararon y que provocan una sensación de vacío e
impotencia junto con culpa y resentimiento. Y no solo vuelven a relacionarse
con ellas, sino que son mucho mas demostrativos, mas cariñosos lo que hace que
ellas también se animen a hacerlo ¿No es genial?
Pruébelo
usted también, medite visualizando a los que ama abrazándolos, diciéndoles al oído
cuantos los ama, no importa cuan grave haya sido el asunto y verà como usted también
disfrutarà de este milagro.
Si este artìculo le gustò, compàrtalo por favor.
Muchas gracias.
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