lunes, 20 de enero de 2014

Los amigos

Los amigos es un tema a tratar, tambièn.
Los amigos son fundamentales en su etapa de crecimiento personal. Usted se preguntarà por què. Simplemente porque ellos son personas de los que aprendemos y a los que les enseñamos. Es un intercambio.
Hay amigos para toda la vida y los hay transitorios.
Los de toda la vida son como nuestra familia. Necesitamos de ellos porque, como se dice habitualmente, son la familia que eligimos. Son los que nos conocen muy bien. Con los que podemos compartir nuestras intimidades, con los que contamos siempre.
Pero los amigos transitorios son aquellos que nos dejan una enseñanza para luego retirarse. O tambièn, son los que aprenden algo de nosotros y luego se van, se alejan o desaparecen.
Es muy importante que usted estè atento a esto, ya que de usted depende sacar el màximo del aprendizaje.
Quizàs lleguen a usted para abrirle un camino que deba transitar. Le dejen su propia experiencia para que usted la tome. 
Yo digo que son como angelitos en su evoluciòn personal.


Piense en alguien que pasò por su vida. Vea que aprendiò de ese amigo que lo marcò, sea positivo o negativo, y de las gracias por la experiencia.
Seguramente usted piense ahora: "Ese amigo o amiga me marcò para siempre".
A mi me sorprendiò el encuentro que tuve hace algunos años atràs, con una mujer que me dijo que habìa conversado conmigo muchas veces, cuando iba a mi negocio a hacer unas compras. Yo estaba embarazada de mi cuarta hija y ella estaba separàndose del padre de su ùnico hijo. Yo no recordaba esto. Esta mujer me recordò que la primera vez que fue a mi negocio, le llamò la atenciòn que yo me movìa con toda gracia estando en dìas de dar a luz. Asì fuè que ella comenzò a ir todos los dias a comprar a mi almacèn. Cada dìa se quedaba conversando conmigo. Ella me consideraba su amiga por los consejos que yo le daba.
Su vida era un verdadero caos. Su parto habìa sido traumàtico, ella era enfermera diplomada, y trabajaba en coronarias. Cuando yo le contaba de mis experiencias en los partos, de lo amorosas que habian sido las enfermeras conmigo cada vez que iba a parir, a ella "se le encendiò una luz de alerta". Decidiò pedir el pase a la maternidad y actuar tal como le contaba que habian actuado conmigo sus colegas.
Ella me dijo lo siguiente: "Me abriste la cabeza. Supe que debìa estar en la sala de partos ayudando a las parturientas. Tranquilizàndolas amorosamente. Muchas veces tuve que pelear con los mèdicos por ser yo tan paciente con ellas. Eso hizo que me gane el respeto de los mèdicos". ¡Y ahora era jefa en ese àrea! ¿No es maravilloso? 
Me sentì muy feliz. Yo me enterè de esto cuando ya habian pasado mas de diez años.

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