viernes, 31 de mayo de 2013

Recuerdos en blanco y negro





A veces, cuando pienso en el pasado, siento que el tiempo no pasó. Me siento con el mismo espíritu de niña de los años anteriores a la adolescencia.

Me sumerjo en el recuerdo de las vivencias como si fuera hoy. Puedo sentir las mismas sensaciones, los olores, escuchar en mis oídos aquellas voces. Comienzo a ver en mi pantalla mental, como si fuera una película, todas y cada una de las situaciones vividas. Alegría, pena, tristeza, dolor, diversión, optimismo todo en una mezcla sin sentido, pasando de un recuerdo a otro de manera espontánea, a un ritmo vertiginoso del cual pareciera que no pudiera salir.


Imagino, ahora, a usted asintiendo con su cabeza ¿Verdad que se siente identificado?

¿Que dirìa usted si le propusiera vigilar sus pensamientos? ¿Parece difícil, verdad? ¡Pero no lo es!

Los pensamientos a los que acompañamos con el sentimiento, son los que producen los estados de ánimo.

Si usted comienza a recordar algo que le sucedió en su infancia, algo doloroso, triste, seguramente se llenará de tristeza y dolor. Su cuerpo se tensará, su ritmo cardíaco se acelerará, se deprimirá y entrará en un estado del cual no podrà salir A MENOS QUE HAGA UN ESFUERZO CONSCIENTE.

Si usted sigue empecinado en recordar, en sentirse triste y abatido, eso es lo que atraerá a su vida. Sus pensamientos van creando su vida. Los sentimientos que acompañan esos pensamientos lo hacen vibrar positiva o negativamente. Su vibración negativa lo llevará a encontrarse con personas y circunstancias que estèn vibrando en su misma frecuencia. Sin embargo, si usted toma consciencia del poder de sus pensamientos, podrà crear una vida diferente a la que lleva.

Vigile sus pensamientos. Cuando se encuentre pensando en algo triste, amargo, doloroso y todo lo que a la negatividad pertenece, cambie inmediatamente su mirada interior ¿de que manera? recuerde algo hermoso que le haya pasado, puede ser un encuentro amoroso ¡no importa si esa relaciòn se terminò! recuerde con amor ese momento, permítase emocionarse. Puede recordar algún momento entre amigos, una anécdota graciosa siempre nos saca una sonrisa. Puede distraer su atenciòn a ese recuerdo y jugar con su mascota ¡¡¡Los animales dan tanto amor...!!!

Todo lo que haga por usted lo estarà haciendo por los demàs. Desde el mismo momento en que usted decide cambiarse usted mismo, su forma de ver la vida cambiarà. Entonces todo a su alrededor se tornarà del color que usted lo vea. Acaso ¿nunca escuchò decir: "ve todo de color de rosa"? Es una expresiòn bastante comùn en mi paìs. Se refiere a que, como el rosa es el color que identifica al amor, esa persona ve todo con una mirada inoscente y comprensiva.

Si usted cambia sus pensamientos negativos por otros positivos, cambiarà su vida. Y cuando eso ocurra, ese habrà sido el mejor regalo que haya podido hacerse a usted mismo.


domingo, 26 de mayo de 2013

Tomar decisiones

Cuando tomamos una decisiòn no siempre es la acertada.
Podemos equivocarnos muchas veces, y eso no nos hace malas personas o ineficientes, ni siquiera debemos pensarnos inmaduros o tontos.
Todos nos equivocamos. En ese acierto y error en el que brincamos de alegrìa o nos damos la cabeza contra la pared, vamos creciendo, madurando, experimentando. Nunca deberìamos echarnos culpas, o buscar culpables.
Tomar decisiones nos hace personas responsables. Fomenta en nosotros, y en nuestros hijos, la responsabilidad de hacernos cargo de nosotros mismos. El buscar culpables de los errores que podemos haber cometido en la toma de esa decisiòn, nos hace crueles y cobardes.
El buscar culpables nos ensambla con la maldad, haciendo todo lo posible por desligarnos de esa culpa de haber errado y tiràndole la responsabilidad a otro. La cobardía de no asumir el error nos hunde en el mal humor, la depresión y la tristeza.
Asumir que nos hemos equivocado, al tomar cierta decisión, nos da paz interior.
¿Que ganamos en desligarnos de la culpa y culpar a otro?  Engañarnos a nosotros mismos, y con el tiempo sentirnos inseguros, infelices, desdichados porque podemos engañar a otros, quizàs, pero nunca nos podemos engañar a nosotros mismos.
Errar en una o varias decisiones no nos hace estùpidos. Quizàs todavìa no podemos ver los mensajes que llevan ocultos esos actos. Deberìamos evaluar, con tranquilidad, todo lo que nos sucediò. Preguntarnos que debo aprender de esta situaciòn y perdonarme, dejar ir, para darme otra oportunidad. Asì, tambien, se crece.
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